
Coridoras y afines
Seguramente, estamos hablando de uno de los grupos de peces más conocidos entre los aficionados a la acuariofilia, aunque quizás, algo malentendido, su nombre popular, el de basurero, no refleja muy claramente su trabajo en el acuario, en verdad y en la mayoría de países excepto el nuestro, su nombre popular es el de peces acorazados.
El nombre de BASURERO, se les ha dado a este tipo de especies, por sus hábitos alimentarios, mas bien por la estética que ofrece cuando se alimenta, puesto que son comedores de fondo, normalmente, en libertad se alimentan de pequeños crustáceos, gusanos o bien materias vegetales medio descompuestas, alimentos que detectan a través de los barbillones que poseen alrededor de la boca, en el acuario aceptara la mayoría de alimentos, siempre que estos sean servidos en el fondo y en horario crepuscular o nocturno.
Un criterio muy difundido en ciertos sectores, es que estas especies ayudan a limpiar el acuario, utilizándolas como un accesorio más, y aunque esto no deja de ser cierto, la única ayuda que podemos esperar de estas especies, es que consuman los restos de alimento que se depositen en el fondo, por lo que decir que limpian el acuario no es del todo cierto.
Parece ser que para muchos iniciados en la acuariofília, si ponemos un basurero y un limpia-cristales, ya mantendremos limpio y en condiciones el acuario.
Otro problema con el que se encuentra esta especie, es que siempre se le considera como unidad, por lo que habitualmente podemos encontrar un solo individuo por acuario, pero en verdad se trata de especies gregarias, por lo que más que BASURERO, deberíamos llamarle EQUIPO DE LIMPIEZA.
Estas especies pertenecen a la familia Callichthyidae, y habitan las aguas dulces de las zonas tropicales y subtropicales de Suramérica, llegando en su área de distribución, desde Argentina, hasta el norte de Colombia, aunque la mayor cantidad de especies, se concentran en la cuenca del Amazonas, sobre todo en los cursos superiores del Río Negro y del Solimoes,
La longitud media es de unos 6 centímetros, aunque pueden llegar algunas especies como Scleromistax barbatus , a los 13 en su rango superior y en el inferior, podemos encontrar especies como Corydoras pygmaeus, que apenas llegan a los 2’5 centímetros, su cuerpo esta cubierto por dos series de placas óseas, de aquí su nombre popular en muchos países de peces acorazados, también poseen dos radios espinosos en las aletas pectorales, que si no se pueden considerar venenosos, si por lo menos tóxicos, esto podrá dar fe el aficionado cuando manipule alguna de estas especies y se pinche con una de sus aletas, deberá soportar un sorprendente dolor por varios días.
Se trata de especies pacificas, y como ya he comentado gregarias, por lo que su mantenimiento en el acuario, será muy sencillo habitualmente, pero si pretendemos que estén en perfectas condiciones y libres de stres, deberán permanecer en grupos de por lo menos 6 – 8 individuos, la mayoría de estas especies son animales robustos y longevos, siempre y cuando los mantengamos en condiciones correctas.
Aunque de media de trata de especies de tamaño mas bien pequeño, precisaremos disponer de un acuario de tamaño amplio, para unos 8 ejemplares de 6 centímetros, deberíamos disponer de unos 100 - 150 litros, con arena fina y oscura de fondo, entre la que le gusta rebuscar su comida, con una densa vegetación a base de plantas que produzcan zonas de sombra en la que estas especies les gusta permanecer, en cuanto al filtraje, este deberá ser enérgico, y la iluminación no demasiado intensa.
Debido a su área de distribución que como ya he mencionado es muy amplia, su necesidad de temperatura varía mucho de una especie a otra, pudiendo ir desde los 20º centígrados, como las especies procedentes del sudeste de Brasil, Argentina y Uruguay, como por ejemplo S. barbatus o C. paleatus, a los 28º centígrados, en las especies procedentes del curso medio del amazonas, como C. schwartzi o C. trilineatus.
En cuanto a las condiciones del agua, deberemos tener en cuenta la especie a la que pretendemos mantener en nuestro acuario, pues dependiendo de su lugar de procedencia, este condicionara y mucho los valores bioquímicos del agua, por ejemplo C. ambiacus o C. agassizii, son especies procedentes de aguas blancas, por lo que precisarán agua con Ph neutro, sin embargo C. similis o C guaporé, que son especies que proceden de aguas claras precisarán de un Ph mas bien ácido, incluso algunas especies que proceden de aguas negras como C. gossei, precisaran de Ph inferior a 4’5,
Su alimentación en el acuario no deberá presentar ningún problema, pues se trata de especies omnívoras, que aceptarán de buen grado la mayoría de alimentos tanto congelados como desecados, solo deberemos tener la precaución de servirlos en el fondo del acuario, una técnica que acostumbra a dar muy buenos resultados sobre todo en la aclimatación de algunas especies, es proveerles de por ejemplo larvas de mosquito congeladas, enterradas en la arena, su tendencia a remover esta les incita mucho a identificar la comida.
Las diferencias sexuales, son bastante difíciles de observar, podemos tener en cuenta varios parámetros, en primer lugar, el tamaño, que aunque no en todas las especies, habitualmente las hembras son de mayor tamaño que los machos, otro parámetro es el color, que igualmente al caso anterior los machos presentan una coloración algo más intensa que las hembras, el tercer parámetro, es la longitud de las aletas, que habitualmente están más desarrolladas en los machos. Todos estos parámetros, deben entenderse que en cada especie son distintos y que no siempre funcionan, por lo que la única manera de poder disponer de parejas seguras para la reproducción es disponer de varios ejemplares, y que ellos mismos formen las parejas.
La reproducción de estas especies, aunque algo complicada, en absoluto es imposible, al menos en la mayoría de especies, sobre todo en las procedentes de reproducción en cautividad, en las especies capturadas en sus lugares de origen, es bastante más complicado.
En primer lugar deberemos mantener a los ejemplares previamente elegidos, y que hayan formado pareja, en agua de condiciones adecuada a la especie, con cambios parciales de un 25% semanal, y a una temperatura entre los 27 y 30º centígrados, posteriormente deberemos ir reduciendo el nivel del agua periódicamente, simulando la época de sequía en sus ambientes naturales, este proceso puede durar algunas semanas, normalmente unas seis serán suficientes, llegados a este punto, podremos ir llenando de nuevo el acuario con agua algo mas fresca y con Ph neutro, y comenzaremos a alimentar a los peces de manera algo mas abundante y con alimentos ricos en proteínas y vitaminas, deberemos tener paciencia, pues es posible que nuestro trabajo no de frutos a la primera intentona, con lo que puede que nos veamos obligados a repetir la operación alguna otra vez.
Podremos deducir que el apareamiento se acerca, observando el cambio de comportamiento por parte de la pareja, que de normal es tranquilo, en ese momento, comenzaran a moverse por el acuario de manera muy activa, la puesta se efectuará en alguna superficie plana, ya sea una piedra, una hoja o incluso el mismo cristal del acuario, la hembra irá depositando los huevos en algún lugar elegido por ella, y ayudada por el macho que los irá almacenando en otro lugar mas preservado, en este momento es aconsejable retirar a los progenitores.
Los huevos eclosionaran según la especie y la temperatura, en unos 3 o 8 días, es importante durante este tiempo que el acuario permanezca a oscuras. Una vez eclosionados, los alevines permanecen al principio en el suelo del acuario, su alimentación no deberá preocuparnos durante los primeros dos o tres días en que estos absorberán el saco vitelino, pasados estos, primero deberemos ofrecerles infusorios y posteriormente nauplios de artémia recién eclosionada, una vez los alevines naden libremente, es aconsejable pasarlos a un tanque de crecimiento, de tamaño medio y sin decoración ni arena de fondo.
Los Calictidos, se dividen claramente en dos subfamilias muy diferenciadas, los Callichtyinae y los corydoradinae, abarcando entre los dos a siete Géneros, en el primer caso son, Hoplsternum, Dianema, Callichthys y Megalechis, en el segundo caso son, Aspidoras, Scleromystax y corydoras.
Como conclusión, quizás deberíamos comenzar a considerar a los Basureros, no como un simple accesorio más del acuario, pues su variedad de especies y sus muy curiosas características les hacen especies muy indicadas para la mayoría de acuarios.
Texto y fotografías : Ángel Canovas






